
Aquel momento que fue un presente tal vez intrascendente,
hoy se transformó en una guerra de memorias que en el pasar de cada día me ha enseñado a oler tu ausencia,
y a la vez,
a experimentar las texturas de un re-encuentro que nunca sucederá,
al menos ya no en este lugar,
al menos ya no en tu hogar,
porque somos diferentes,
y el cambio fue gracias a tu partir.
Lo bueno lo malo y lo eterno de este viaje para mi comenzó el día que tu finalizaste el tuyo.